Francisco Leiro presenta en el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga más de diez años de trabajo. Cuarenta obras que resumen el alma y la autenticidad creativa de nuestro artista gallego más internacional.

© F.Leiro. Cortesía Galería Marlborough
Francisco Leiro es un escultor con un talento, fuerza y creatividad indiscutibles. Sus espectaculares esculturas en madera siempre jugando con la ficción y la ambivalencia no dejan al espectador indiferente. El CAC Málaga reúne una significativa selección de obras que muy bien define el artista:
Mis esculturas giran en torno al cuerpo humano y generalmente son narrativas. En algunos casos se acercan a las fábulas y narraciones populares. También hago interpretaciones desacralizadas de temas mitológicos o religiosos”.
© F.Leiro. Cortesía Galería Marlborough
Junto a las esculturas también se exhiben una serie de dibujos que recogen cómo el artista acerca al papel su obra escultórica. A lo largo del recorrido se podrán ver obras de temática social, que muestran el compromiso de Francisco Leiro con la realidad y su rechazo a la violencia, las guerras y las injusticias. Reflejo de esto son piezas como Réquiem, Alepo 2 o Don Quijote apaleado por unos arrieros. En palabras de Fernando Francés -comisario de la exposición-:
Es claramente uno de los firmes ejemplos de cuando el arte es compromiso con la vivencia y el pensamiento autobiográfico. Leiro se compromete, se empapa de la realidad, de las masacres, de las injusticias, de los asesinatos, de la desmesurada violencia que existe para trasladarlo a sus esculturas, donde nos encontramos, queriéndolo o no, con la cruda realidad, personas muertas apiladas, inocentes que reciben palizas, trabajadores que recogen restos humanos del suelo, o limpian un desastre causado por los propios hombres”.
© F.Leiro. Cortesía Galería Marlborough
© F.Leiro. Cortesía Galería Marlborough
Un lugar muy interesante dentro del recorrido lo ocupan sus piezas más surrealista y antropomorfas que en PuntaFinaNews tanto nos gustan. Leiro trata a sus esculturas como si fueran una parte de un fotograma, dotándolas de movimiento y continuidad. El artista consigue así generar múltiples lecturas en torno a una misma pieza. En el recorrido hay que destacar también sus piezas inspiradas en la mitología y las tradiciones.
A finales de los 80 se traslada a Nueva York y cada vez su trabajo se acerca más a la abstracción de la figura y el cuerpo. En los 90 se producirá una progresiva desaceleración de elementos oníricos, la imaginación se pone al servicio de resultados más formales que efectistas o narrativos y va abriendo el camino hacia los cambios producidos en el 2000, donde se impone un ritmo más atento a la realidad.
Leiro, hasta el 7 de enero de 2018 en el CAC Málaga.
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