Rompedora, plástica, emocionante, innovadora y radical. Así es Vida y Muerte de Marina Abramoviĉ, un montaje que te deja pegado al asiento del Teatro Real durante sus dos horas y media de duración.
Desde su magnífico arranque, con un sobresaliente e histriónico Willem Dafoe, las luces se apagan y Marina Abramoviĉ junto al sensacional Antony (una voz que pone la carne de gallina) y un equipo de intérpretes excepcional, todos ellos dirigidos por Bob Wilson, hacen que las sinergias creativas se apoderen del escenario conduciendo al espectador por un espacio de vida y muerte, de pasión y de dolor, de ilusiones, desafíos, fracasos y sueños.
Se ha dicho que es un montaje a medio camino entre la ópera, el teatro musical y el performance art, pero nosotros nos quedamos con que es un montaje que fusiona, desde un punto de vista absolutamente contemporáneo, el teatro musical con el performance (que tantos éxitos ha reportado a la artista serbia). Vida y Muerte de Marina Abramoviĉ es un encargo y nueva producción del Teatro Real y de Manchester Internacional Festival con Theater Basel, Art Basel, Holland Festival y Salford City Council y de Single de Amberes creada por la misma Marina Abramoviĉ y Bob Wilson con música de Antony y William Basinski.
Bajo la petición de Gerard Mortier, Wilson ha creado un espectáculo en el que las escenas se pasean a lo largo de la vida y obra de Abramoviĉ desde que comenzó en Serbia su carrera como artista de la performance hasta la actualidad. Y como no podía ser de otra forma, el magnífico director ha ideado la atmósfera escenográfica perfecta, gracias a su dominio del espacio, de la iluminación y del tiempo, para que Abramoviĉ de rienda suelta su bestial creatividad en una fusión de géneros excitante, a la que hay que unir el talento de Antony Hegarty (líder de Antony and The Johnsons) que, junto a William Basinski, es el responsable de la música original y cuya actuación rebela su buena conexión con Abramoviĉ y vuelve a mostrar esa profundidad vocal innata que le sitúa a unos centímetros de la tierra. Y Willem Dafoe, quien conduce todo el montaje con un potencia narrativa que mantiene en vilo al espectador, da vida a Ulay, el artista alemán que fue pareja de Abramoviĉ hasta finales de los años 80.
Un montaje único al que hay que acercarse sin pensar en ópera, sino al que hay que asomarse desde el lado más plástico para dejarse seducir por un lenguaje visual, musical y narrativo innovador. Sin duda alguna, Gerard Mortier arriesgó y bajo nuestra opinión el éxito es rotundo.
Vida y Muerte de Marina Abramoviĉ se puede ver en el Teatro Real hasta el 22 de abril.
FICHA ARTÍSTICA
Creador, director de escena, escenógrafo e iluminador: Robert Wilson
Cocreadora: Marina Abramoviĉ
Director musical y compositor: Antony
Actor: Willem Dafoe
Compositor: William Basinski
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